Contra las creencias y mitos populares, el Uranio no es el elemento más radiactivo si lo comparamos con otros isótopos que emiten una mayor cantidad de partículas en el tiempo.
El uranio es el elemento más pesado de origen natural que se encuentra en nuestro planeta. Conformado principalmente por una concentración de tres isótopos, que comprende al U-238 con un 99,285%, al U-235 con un 0,71% y al U-234 con un 0,005%, fue descubierto por M. H. Klaproth en el año 1789 (ya se utilizaba como colorante en pinturas) siendo llamado como tal en honor al planeta Urano que había sido descubierto pocos años antes.
Catalogado como radiactivo a partir de las investigaciones realizadas por Antoine Henri Becquerel en febrero de 1896, las que buscaban obtener la emisión de rayos X a partir de la luz solar, el Uranio se formó hace unos 4.600 millones de años a partir de la explosión de una supernova en las proximidades a la nebulosa de la cual se formó nuestro Sistema Solar.
Aunque las reacciones de fisión nuclear en cadena se pusieron en práctica a partir del año 1942 con las investigaciones y demostraciones efectuadas por Fermi, ya mucho tiempo atrás en nuestro planeta existían fuentes naturales de decaimiento radiactivo liberando probablemente una mayor cantidad de energía que la mayoría de las centrales nucleares. Un gran ejemplo de aquello, es un “reactor nuclear natural” ubicado en Oklo, Gabón, consistente en un gran yacimiento de Uranio en que se observó que el contenido del isótopo U-235 era menor al 0,71% conocido en todas las observaciones anteriores.
Posteriormente, análisis mostraron que existían elementos químicos que provenían de Plutonio (un isótopo producido a partir del U-238) denotando que en aquel lugar habían tenido lugar reacciones nucleares en cadena de fisión. Lo anterior, conlleva a establecer que la concentración isotópica del Uranio era mayor hace muchísimo tiempo atrás, de hecho, este reactor natural tiene una edad aproximada de 2.000 millones de años y la proporción del isótopo físil U-235 bordeaba el 3% en aquella época, con lo cual en las partes del yacimiento en donde existía agua (el que actúa como moderador o reductor de la energía cinética de los neutrones posibilitando las fisiones nucleares) se producían la mayor cantidad de actividad atómica.
Contra las creencias y mitos populares, el Uranio no es el elemento más radiactivo si lo comparamos con otros isótopos que emiten una mayor cantidad de partículas en el tiempo, como el caso del Iodo-131 don 4600.000.000.000.000 Bq/g, el Cesio-137 con 3200.000.000.000 Bq/g y el Plutonio-239 con 2.300.000.000 Bq/g. Aunque como todo elemento químico, siempre hay que tener en cuenta riesgos para la salud, sobre todo por inhalación o ingestión.
Como se puede apreciar, las reacciones nucleares no son una cuestión meramente tecnológica, o un asunto ajeno o contrario al medioambiente, pues ya en la naturaleza desde los comienzos de nuestro planeta, ciertos elementos han conllevado a que en nuestro ecosistema existan diversos lugares como el descrito, en donde la liberación de partículas radiactivas toma relevancia y notoriedad. Esto ciertamente nos lleva a pensar que la Energía Nuclear no es razón per sé para que constituya como un tabú o algo negativo en la sociedad, pues bien utilizada, la Energía Nuclear puede proveer una fuente limpia y abundante de Energía para satisfacer nuestra necesidades de manera sustentable.
Fuente: El Uranio, un elemento poco conocido. Revista SNE