Dr. Iván Schmidt, académico del Departamento de Física la Universidad Santa María –que colabora con el proyecto ATLAS–, explica que gracias al Gran Colisionador de Hadrones se podrían esclarecer fenómenos naturales que hasta el día de hoy no tienen una teoría básica fundamental.
Ya está todo listo para que dentro de los próximos días, tal como está previsto en el calendario del Laboratorio Europeo de Física de Particulas (CERN), el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) comience su segundo período de operaciones, esta vez con mejoras que pretenden abrir nuevos horizontes en el área de la Física.
El acelerador de partículas más grande del mundo finalizó en 2013 su primera etapa de funcionamiento, un año después del hallazgo del llamado Bosón de Higgs, uno de los hitos más importantes en la historia de esta ciencia; a partir de entonces, fue sometido a nuevas mejoras, siendo la más importante el aumento de la energía de las colisiones.
Esta se incrementó a 13 teraelectronvoltios por haz este año, casi el doble de la que existía en la primera etapa de funcionamiento del colisionador y al respecto, el Dr. Iván Schmidt, académico del Departamento de Física de la USM, manifiesta que “teniendo más energía, hay otras efectos físicos que se pueden producir, en particular producir partículas de mayor masa. Al aumentar la energía, se necesitaron magnetos más poderosos para que las partículas sigan trayectorias dentro del acelerador, además de varias otras mejorías”.
Los aportes de la USM
Uno de los proyectos estrella del LHC es ATLAS y el Grupo de Física de Altas Energías del Centro Científico Tecnológico de Valparaíso (CCTVal), de la USM forma parte de él desde 2007. Con el descubrimiento del Bosón de Higgs, el Plantel ha asumido mayores compromisos, construyendo en Chile componentes del gran detector.
El Dr. Iván Schmidt señala que ya se está trabajando en mejoras posteriores a esta segunda fase, las cuales serán más sustanciales y profundas. “Van a permitir tener energías aún mayores, que producirían otro tipo de efectos que no se visualizan en este momento”, adelanta.
Además, el profesor agrega que “tendremos una máquina mucho más poderosa y eso significar cambiar muchas cosas. Por eso, estamos trabajando, por ejemplo, en cambiar totalmente una de las piezas de uno de los detectores”.
Por otra parte, al aumentar la energía de colisión se incrementa la posibilidad de crear nuevos bosones de Higgs. Al respecto, el experto de la USM manifiesta que “esta es una posibilidad, pero hay muchas otras opciones de partículas que pueden aparecer, las cuales ya no estarían dentro del modelo estándar de las partículads elementales, pues con el Bosón de Higgs, este modelo ya está completo. Que aparezcan nuevas partículas indica que hay física nueva, es decir, nuevas interacciones, y nuevos efectos que tienen que ser explicados. Esto podría estar relacionado, por ejemplo, con partículas de la llamada materia oscura y nuevos efectos que podrían estar presentes”.
Finalmente, el académico explica la importancia que tiene esta nueva etapa de funcionamiento del gran colisionador de LHC. “La idea de la física siempre ha sido tener una sola teoría que involucre todas las interacciones de las partículas, de manera que pueda explicar todos los fenómenos de la naturaleza; en esencia, se pretende tener una teoría básica fundamental que explique estos fenómenos, no solamente dentro de la materia que nosotros vemos, sino que lo que sucedió al principio del universo, cosas como la materia y energía oscura, que son fenómenos sobre los cuales todavía no existe una comprensión detallada”.
Vía: USM